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divendres, d’abril 23, 2010

Requiem por Mallorca

Este artículo lo escribo desde la tristeza y la rabia.

Estas semanas están marcando las expropiaciones a lo largo de 30,47 kilómetros de la comarca de Llevant de Mallorca (Manacor - Sant Llorenç - Son Carrió - Son Servera - Artà). Ahora ya se ve que parte de la tierra quedará destruida en nombre de un tren con menos demanda de la historia de este país.

Encuentro muy perverso que un partido dícese de izquierdas, el PSM, construya un proyecto tan impactante sobre el territorio porque lo prometió en unas elecciones, sin una rentabilidad social y sin analizar todas sus consecuencias. Se trata de una promesa que carece de fundamentos lógicos sobre la utilidad de este tren. Al contrario, el trayecto que pretenden reabrir es el que tiene menos demanda de Mallorca, según el plan en el cual lo basan. Es más, la línea de autobús que pretende substituir este tren (Manacor - Artà L431) sólo tiene 8 servicios en cada dirección de lunes a viernes. Y aun más, el autobús, la mayoría de las veces viaja vacío. Entonces, ¿para qué hay que destruir más de 450.000 metros cuadrados de suelo rústico y con encanto paisajístico para substituir un bus que sólo transporta 34.505 pasajeros al año? El mismo PSM denunciaba que el metro de Palma era un proyecto no justificado porque sólo transportaba 1.153.000 de pasajeros y necesitaria 19.000.000 para ser rentable. Para que nos hagamos una idea de que cifras estamos hablando.

Igualmente encuentro denunciable que ni los otros miembros del BLOC (ERC y Els Verds, aunque ahora estén desintegrados) ni el ejecutivo del PSOE ni UM ni la oposición del PP tengan nada que decir al respeto, y al contrario, sean cómplices de la ingente magnitud de la estupidez de la obra de tren de Manacor a Artà. Una obra que cuesta 190.000.000 de euros contando que no haya sobrecostes, como ha pasado con las últimas grandes obras públicas.

Lo que más rabia me da es esa capacidad de manipulación que autoridades de ayuntamientos y opositores al gobierno tuvieron durante una década aproximadamente para manipular a un sector de la población y hacerles creer que el tren de Artà sería ecológico y "bonito", gracias a la desinformación y a la ignorancia (la cual también viví). Más tarde el informe de impacto ambiental (resumen página 44-45 de este dossier) ha demostrado que de ecológico no tiene nada (sólo recordar que además del consumo brutal de territorio se necesitan 3 transformadores para mover el tren que si sigue la misma suerte que los autobuses de la línea L431 la mayoría del tiempo irá vacío).

Sobre la tristeza, hay tres hechos que me despiertan un Requiem por Mallorca y la sociedad que la habita:

  • La destrucción: No sólo me entristece la destrucción del paisaje, también la destrucción de la vida rural. La vida rural significa poder ir por el campo y pasar a la finca del vecino, con su permiso y con el respeto a su siembra y a sus animales, sin encontrarte 30 kilómetros de vallas, zanjando el territorio, que te lo prohiban.
  • La sumisión y la pérdida de valores: No puedo dejar de pensar en la sumisión al partido de algunos políticos y políticas que al principio de sus responsabilidades de cargos electorales te contaban una opinión sobre este proyecto y a la hora de rendir cuentas a su partido y a su cargo pierden todos cuantos valores podían tener. Esta lealtad al partido que les ha dado la fama y el dinero les ha costado el precio de perder, al menos ante mi insignificante persona, mi respeto y la estima que en algún momento pudiera haberles tenido. Supongo que a ellos y a ellas esto les da absolutamente igual y les rebota.
  • El silencio: Por último otra cosa que me entristece y me hace pensar en la sumisión de esta sociedad al "tammateix" "ja ho veurem" "faran el que voldran", es el silencio sepulcral de aquellos que no dicen nada. Ni a favor, para saber cuales son sus verdaderas razones para querer este proyecto, ni en contra, posicionándose públicamente así si consideran que es una barbaridad. El silencio me indica dejadez, pereza, desidia, apatía, indolencia, descuido, negligencia, abandono, decaimiento, flojera, debilidad; o ser complice de este Requiem por Mallorca, por callar ante el miedo al que dirán.
Aquí les dejo una fotografía que nunca más será realidad porque a estos asustados algarrobos les pasará un tren por encima.

1 comentari:

Toni ha dit...

La pela es la pela, y los nacionalistas son la lacra de este país. Bienvenida al califato de Baleares. O te roban las derechas, PP, o el país se desangra con el PSOE (que luego debe devolver favores por pactar con nacionalistas) con un gasto público desorbitado o bien los nacionalistas destuyen su queridísima patria. No hay sentido de Estado y yo preferiría haber sido francés o alemán. Porque aquí no se mira por el bien común, sinó por el bien de unos pocos y por la indiferencia de muchos.